Cuando uno habla de clásico sudamericano, inmediatamente le vienen a la memoria dos grandes países de América Latina, Argentina y Brasil, y un objeto, el balón de fútbol, o la pelota, como la conocemos por estas latitudes. Sin embargo, en el clásico del que hablaremos aquí no había balón como elemento de rivalidad deportiva.
En este caso no era sino el volante de un Fórmula Ford 1600, aquella categoría que sirvió de escuela a brillantes pilotos como los protagonistas de esta historia. Los arietes de este duelo sudamericano eran la joven promesa argentina Enrique 'Quique' Mansilla, y un brasileño que hacía sus primeras armas en la categoría británica, Ayrton da Silva. Así se hacía nombrar entonces, con el apellido paterno, para convertirse con los años en el gran Ayrton Senna, ya con el apellido materno. Para muchos, el más grande piloto de Fórmula 1.
Corría el año 1981 y Ayrton da Silva llegó al prestigioso equipo Van Diemen de Formula Ford 1600, con Ralph Firman al frente. Por entonces, ya era figura el argentino Quique Mansilla. Se disputaban simultáneamente tres campeonatos: la versión P&O, la versión Townsend Thorensen y la RAC.
Ayrton fue quinto en su debut por el campeonato P&O en Brands Hatch, carrera que ganó Quique Mansilla. Su tercera carrera la ganó con su aliada la lluvia por el campeonato Townsend Thorensen. Aquel resultado daba cuenta de lo que Ayrton empezaba a mostrar como piloto… Así llegamos a la cuarta carrera en Mallory Park y sucede lo que da nombre al título del artículo, el clásico sudamericano en su versión automovilística.
Ayrton Da Silva marcó la pole, pero Quique partía segundo y, con una salida mejor, se puso primero en carrera. Y así permaneció hasta que en la última vuelta, en la curva Gerard, Ayrton se empareja con Mansilla por fuera. Venía con más velocidad, pero acabaron por tocarse y con Ayrton fuera de la pista. Quique Mansilla ganó la carrera, segundo acabó el brasileño. Hasta aquí todo normal, un toque de carrera como tantos otros, salvo por la reacción de Senna, que fue a buscar a su compañero entre insultos y forcejeos.
Afortunadamente, los pilotos que les rodeaban lograron separarlos y la cosa no pasó a mayores, pero aquí transcribimos una breve reseña de lo acontecido, contado por los protagonistas.
Ayrton Senna: "Voce esta maluco? Argentino de mierda [sic], ¿¿cómo me has hecho eso??".
Enrique Mansilla: "Pará pibe, a mí no me toqués, ¡¡'brazuca' cagón!! ¡Aprendé a perder, boludo!".
Ayrton Senna: "Yo te voy a romper la cara, idiota, ¿quién mierda te crees?".
Enrique Mansilla: "No me toqués porque te rompo la cara, sácame las manos o…".
Enrique Benamo (piloto argentino): "¡¡Paren, carajo!!! Flaco, ¡vos tranquilo! –a Mansilla–. Soltalo, ¡déjense de joder! –a Senna–".
Ralph Firman (dueño del equipo Van Diemen): "Stop, stop! You both morans… Don't you hear me??".
Enrique Benamo a Sergio Rinland (ingeniero argentino): "Agarralo a este boludo. Sergio, catch Ayrton and leave ten feet to the back".
Mansilla explica la situación, muchos años después del incidente: "Esa curva se toma peinando el freno y ver a Ayrton por fuera y a fondo con el coche dando saltitos hacia fuera tocando la hierba pone la piel de gallina", cuenta. "Era un gran tipo y un piloto excepcional, nunca sabías por dónde se tiraba para adelantar, era difícil seguirlo… el brasileño era mejor que yo. Yo podía estar detrás de él cómodamente; para mí, en cambio, se me hacía difícil mantenerme delante de él, quizá por una cuestión de experiencia, ¡aunque yo aprendía rápido! Todos conocemos lo alto que llegó Senna en el automovilismo y estoy seguro de que si no hubiera sufrido ese terrible accidente, hubiera batido todas las estadísticas, no cabe dudas de que fue y será el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos. Seres humanos así, tocados por la varita mágica, aparecen cada millón de años, así como en el fútbol lo fue y será nuestro Diego Armando Maradona".
En cuanto a Quique Mansilla, tiene claro que podría haber llegado a la F1: "No me cabe duda de que hubiese llegado muy alto por mérito propio y de no haberse librado la inútil guerra de las Islas Malvinas. El hecho de haber nacido en este bendito país (Argentina) fue lo que determinó que no era viable para mí pertenecer a esa comunidad muy especial donde todo cuenta, especialmente en lo político y comercial". Duras palabras de Quique, que se entenderán mejor si realizaremos una breve reseña para conocer el marco en donde tenía lugar la ascendente campaña de Mansilla en Inglaterra.
El conflicto del atlántico sur tuvo lugar entre el 2 de abril y el 14 de junio del año 1982, conflicto armado por la soberanía de las Islas Malvinas, las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur, tomadas por la fuerza en 1833 y dominadas desde entonces por el Reino Unido. En ese año, 1982, Enrique 'Quique' Mansilla dio un salto importante en su carrera, al pasar de la Fórmula Ford 1600 inglesa (donde se consagró subcampeón) a la Fórmula 3 inglesa, en el prestigioso equipo West Surrey Racing con un Ralt RT3. Rápidamente, y debido a su talento, se adaptó de inmediato al nuevo coche y a la nueva categoría, si tenemos en cuenta que un Fórmula Ford es mucho menos efectivo aerodinámicamente que un Fórmula 3.
Con sólo diez carreras disputadas, Mansilla ya contaba con una victoria, una pole, una vuelta rápida y estaba segundo en el campeonato de la especialidad, a 22 puntos del irlandés Tommy Byrne, a la postre el campeón de ese año. Mientras Mansilla seguía con su trayectoria en Inglaterra, en el Atlántico Sur se luchaba por las Islas Malvinas con los ingleses. Esto empezó a afectar el envío de dinero desde Argentina, ya que por la situación de conflicto entre ambos países era muy complicado enviarlo a ese destino.
En una nota del propio Quique publicada en la prestigiosa revista de automovilismo PARABRISAS CORSA, número 837 del año 1982, el piloto comentaba: "La situación que vive mi país es muy dolorosa para mí, no sólo por estar acá en Inglaterra, sino también porque tengo unos primos haciendo el servicio militar en este mismo momento y, por si fuera poco, unos amigos que hice aquí se embarcaron en la Task Force y están combatiendo en las Islas Malvinas. Sin embargo, mi condición de argentino no es para nada un inconveniente. En la categoría, nadie me ha dado un solo problema. Lo que si está muy complicada es la parte económica, al no poder recibir dinero. Bennetts, titular del West Surrey, está haciendo todo el esfuerzo desde hace como un mes, pero si él no consigue un sponsor rápido, corro el riesgo de no poder correr hasta que se arreglen las cosas".
Ésta es la historia de dos pilotos que, por esas cosas de la vida, se encontraron en una curva dentro de sendos Fórmula Ford para escribir una anécdota que de alguna manera ha pasado a la historia, ya que el gran Ayrton Senna Da Silva nunca más tuvo una reacción así con otro compañero de equipo. A pesar de lo sucedido, Mansilla conserva los mejores recuerdos y afectos para su amigo y rival, Ayrton Senna. Quique no pudo continuar con su ascendente carrera en Inglaterra, pero se ganó una prueba con un McLaren de Fórmula 1 en la que no desentonó por sus buenas manos. Continuó su carrera del otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, en las categorías CAN AM e Indy CART, con muy buenos resultados.
Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina, y entre otras cosas se ocupa de promocionar jóvenes kartistas para correr en Inglaterra. No lo hace solo, sino con el ingeniero Sergio Rinland, con experiencia en varios equipos de Fórmula 1 incluso como jefe de diseño. No es casual que ambos tengan estas labores, ya que conservan los numerosos amigos que hicieron en el ambiente automovilístico hace ya tres décadas.
Redacción TheF1.com - Luis Horacio Porta y José Ignacio Porta - Infomotor Network, SL
En este caso no era sino el volante de un Fórmula Ford 1600, aquella categoría que sirvió de escuela a brillantes pilotos como los protagonistas de esta historia. Los arietes de este duelo sudamericano eran la joven promesa argentina Enrique 'Quique' Mansilla, y un brasileño que hacía sus primeras armas en la categoría británica, Ayrton da Silva. Así se hacía nombrar entonces, con el apellido paterno, para convertirse con los años en el gran Ayrton Senna, ya con el apellido materno. Para muchos, el más grande piloto de Fórmula 1.
Corría el año 1981 y Ayrton da Silva llegó al prestigioso equipo Van Diemen de Formula Ford 1600, con Ralph Firman al frente. Por entonces, ya era figura el argentino Quique Mansilla. Se disputaban simultáneamente tres campeonatos: la versión P&O, la versión Townsend Thorensen y la RAC.
Ayrton fue quinto en su debut por el campeonato P&O en Brands Hatch, carrera que ganó Quique Mansilla. Su tercera carrera la ganó con su aliada la lluvia por el campeonato Townsend Thorensen. Aquel resultado daba cuenta de lo que Ayrton empezaba a mostrar como piloto… Así llegamos a la cuarta carrera en Mallory Park y sucede lo que da nombre al título del artículo, el clásico sudamericano en su versión automovilística.
Ayrton Da Silva marcó la pole, pero Quique partía segundo y, con una salida mejor, se puso primero en carrera. Y así permaneció hasta que en la última vuelta, en la curva Gerard, Ayrton se empareja con Mansilla por fuera. Venía con más velocidad, pero acabaron por tocarse y con Ayrton fuera de la pista. Quique Mansilla ganó la carrera, segundo acabó el brasileño. Hasta aquí todo normal, un toque de carrera como tantos otros, salvo por la reacción de Senna, que fue a buscar a su compañero entre insultos y forcejeos.
Afortunadamente, los pilotos que les rodeaban lograron separarlos y la cosa no pasó a mayores, pero aquí transcribimos una breve reseña de lo acontecido, contado por los protagonistas.
Ayrton Senna: "Voce esta maluco? Argentino de mierda [sic], ¿¿cómo me has hecho eso??".
Enrique Mansilla: "Pará pibe, a mí no me toqués, ¡¡'brazuca' cagón!! ¡Aprendé a perder, boludo!".
Ayrton Senna: "Yo te voy a romper la cara, idiota, ¿quién mierda te crees?".
Enrique Mansilla: "No me toqués porque te rompo la cara, sácame las manos o…".
Enrique Benamo (piloto argentino): "¡¡Paren, carajo!!! Flaco, ¡vos tranquilo! –a Mansilla–. Soltalo, ¡déjense de joder! –a Senna–".
Ralph Firman (dueño del equipo Van Diemen): "Stop, stop! You both morans… Don't you hear me??".
Enrique Benamo a Sergio Rinland (ingeniero argentino): "Agarralo a este boludo. Sergio, catch Ayrton and leave ten feet to the back".
Mansilla explica la situación, muchos años después del incidente: "Esa curva se toma peinando el freno y ver a Ayrton por fuera y a fondo con el coche dando saltitos hacia fuera tocando la hierba pone la piel de gallina", cuenta. "Era un gran tipo y un piloto excepcional, nunca sabías por dónde se tiraba para adelantar, era difícil seguirlo… el brasileño era mejor que yo. Yo podía estar detrás de él cómodamente; para mí, en cambio, se me hacía difícil mantenerme delante de él, quizá por una cuestión de experiencia, ¡aunque yo aprendía rápido! Todos conocemos lo alto que llegó Senna en el automovilismo y estoy seguro de que si no hubiera sufrido ese terrible accidente, hubiera batido todas las estadísticas, no cabe dudas de que fue y será el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos. Seres humanos así, tocados por la varita mágica, aparecen cada millón de años, así como en el fútbol lo fue y será nuestro Diego Armando Maradona".
En cuanto a Quique Mansilla, tiene claro que podría haber llegado a la F1: "No me cabe duda de que hubiese llegado muy alto por mérito propio y de no haberse librado la inútil guerra de las Islas Malvinas. El hecho de haber nacido en este bendito país (Argentina) fue lo que determinó que no era viable para mí pertenecer a esa comunidad muy especial donde todo cuenta, especialmente en lo político y comercial". Duras palabras de Quique, que se entenderán mejor si realizaremos una breve reseña para conocer el marco en donde tenía lugar la ascendente campaña de Mansilla en Inglaterra.
El conflicto del atlántico sur tuvo lugar entre el 2 de abril y el 14 de junio del año 1982, conflicto armado por la soberanía de las Islas Malvinas, las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur, tomadas por la fuerza en 1833 y dominadas desde entonces por el Reino Unido. En ese año, 1982, Enrique 'Quique' Mansilla dio un salto importante en su carrera, al pasar de la Fórmula Ford 1600 inglesa (donde se consagró subcampeón) a la Fórmula 3 inglesa, en el prestigioso equipo West Surrey Racing con un Ralt RT3. Rápidamente, y debido a su talento, se adaptó de inmediato al nuevo coche y a la nueva categoría, si tenemos en cuenta que un Fórmula Ford es mucho menos efectivo aerodinámicamente que un Fórmula 3.
Con sólo diez carreras disputadas, Mansilla ya contaba con una victoria, una pole, una vuelta rápida y estaba segundo en el campeonato de la especialidad, a 22 puntos del irlandés Tommy Byrne, a la postre el campeón de ese año. Mientras Mansilla seguía con su trayectoria en Inglaterra, en el Atlántico Sur se luchaba por las Islas Malvinas con los ingleses. Esto empezó a afectar el envío de dinero desde Argentina, ya que por la situación de conflicto entre ambos países era muy complicado enviarlo a ese destino.
En una nota del propio Quique publicada en la prestigiosa revista de automovilismo PARABRISAS CORSA, número 837 del año 1982, el piloto comentaba: "La situación que vive mi país es muy dolorosa para mí, no sólo por estar acá en Inglaterra, sino también porque tengo unos primos haciendo el servicio militar en este mismo momento y, por si fuera poco, unos amigos que hice aquí se embarcaron en la Task Force y están combatiendo en las Islas Malvinas. Sin embargo, mi condición de argentino no es para nada un inconveniente. En la categoría, nadie me ha dado un solo problema. Lo que si está muy complicada es la parte económica, al no poder recibir dinero. Bennetts, titular del West Surrey, está haciendo todo el esfuerzo desde hace como un mes, pero si él no consigue un sponsor rápido, corro el riesgo de no poder correr hasta que se arreglen las cosas".
Ésta es la historia de dos pilotos que, por esas cosas de la vida, se encontraron en una curva dentro de sendos Fórmula Ford para escribir una anécdota que de alguna manera ha pasado a la historia, ya que el gran Ayrton Senna Da Silva nunca más tuvo una reacción así con otro compañero de equipo. A pesar de lo sucedido, Mansilla conserva los mejores recuerdos y afectos para su amigo y rival, Ayrton Senna. Quique no pudo continuar con su ascendente carrera en Inglaterra, pero se ganó una prueba con un McLaren de Fórmula 1 en la que no desentonó por sus buenas manos. Continuó su carrera del otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, en las categorías CAN AM e Indy CART, con muy buenos resultados.
Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina, y entre otras cosas se ocupa de promocionar jóvenes kartistas para correr en Inglaterra. No lo hace solo, sino con el ingeniero Sergio Rinland, con experiencia en varios equipos de Fórmula 1 incluso como jefe de diseño. No es casual que ambos tengan estas labores, ya que conservan los numerosos amigos que hicieron en el ambiente automovilístico hace ya tres décadas.
Redacción TheF1.com - Luis Horacio Porta y José Ignacio Porta - Infomotor Network, SL
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